De cómo el fútbol colombiano fue dañado por la televisión colombiana (segunda parte)

Es también cierto que el colombiano promedio se vio invadido por una ola de optimismo desaforado sobre la selección luego de aquel 5-0. Todos los que tenemos más de 15 años recordamos el famosísimo Max Caimán, intento de incursión de Bavaria al mercado de juguetes (en el intento más hartero del Grupo Santodomingo por convertirse en la Corporación Cápsula de Dragon Ball) que era dizque un tótem que, al frotarle la panza, activaba algún sensor en las camisetas de los jugadores para que jugaran mejor... Por cierto, en mi criterio los sensores funcionaron al revés y un terrible desacomodo operó en los jugadores.

Ahora llegamos al Mundial. Aquel afamado Mundial de Fútbol de Estados Unidos de 1994. Aquel evento que llevaría a la gloria a nuestro muy bizarro seleccionado patrio. Ese mismo, ahí estaba ya listo para poder decirle al mundo "Colombia, aquí están tus hijos!"

Pues no. El circo era impresionante. Ver a tanto negro y latino con tanta suripanta en el mismo hotel en el sur de California parece cosa de película pornográfica... pero no, era la concentración de la selección! Así mismo estaba lleno ese hotel de Fullerton de periodistas lambones, pelaos buscando la gloria y empresarios que querían llevarse trenes Valencia a Munich y tinos Asprilla a Río de Janeiro. Competitividad por sobre todas las cosas.

El frenesí comercial llegó incluso a la campaña que en aquel año disputaban para la presidencia de esta tierra del Sagrado Corazón Andrés Pastrana y Ernesto Samper. Cosas del destino: el partido inaugural de Colombia en su campaña por la copa de oro de la FIFA, contra un seleccionado rumano poco conocido, entraba el día anterior, como a 12 horas, de las elecciones de segunda vuelta. El resultado:



Imágenes que no solo comprueban el frenesí que menciono, sino el optimismo desaforado de los medios. Bueno, es cierto que esos minutos posteriores al segundo gol de Rumania fueron una cosa avasalladora de Colombia, donde hubo descuento y casi empate... pero fue un espejismo. Muy triste. Tan triste que luego de ver el optimismo desaforado de los colombianos de a pie, apostando casas y todo (si a usted le parece normal eso, que algún pariente suyo me apueste la casa de él por el desempeño de Montoya en la pista de Watkins Glen (?)), hasta llegar al punto de matar a Escobar en la puerta de una discoteca.

Así llegamos sin ánimo de nada a un mundial de 1998 en Francia. Otra vez asomó Rumania ahí, pero también era una selección alicaída. A pesar de esto, el Pibe todavía nos hizo soñar un poco con algo decente, luego de esta jugada narrada por ingleses:



Es cierto, a mí me pareció que Colombia no jugó tan mal en ese mundial. Eso sí, nosotros los colombianos tenemos la virtud de destapar figuras nacientes para el mundo (un tal David Esnéider Beckham, residente actual en Los Angeles, anotando majestuoso gol en el Mundial; un tal Ronaldo de Lima, nacido en Porto Alegre y jugador del Gremio, que estalló en un conocido escándalo con 9 anotaciones y todas para un mismo Brasil; y varios jugadores que se me escapan en el momento). Así salieron dos pelaos, un David y un Michael, que hicieron de las suyas con la envejecida saga colombiana.

Luego del regreso del Aeropuerto Charles de Gaulle, son sartas y sartas de fracasos, el más reciente hace apenas 15 días en la Copa América de Venezuela. Sí, yo sé que ahí entra la Copa del 2001, pero NO me parece que haya sido un gran éxito que Colombia le haya ganado la copa a un México a media máquina, y que el tercero y cuarto puesto lo jugara... Honduras!!! Eso es no tener respeto de Dios. Pero bueno, qué esperábamos con Maturana de DT?

Así mismo, esto tampoco es tener vergüenza en la vida; véase a estos dos especímenes en el mundial de Alemania 2006, haciendo quedar en ridículo a este país.



Nótese la cara de Hernández como si estuviera estrenando juguete nuevo, la risa fingida del profesor Alfaro, y el tufo de Bolillo y Dios Antonio, tan berraco que llegó hasta acá la sala de redacción, a un año y 8000 km de distancia. Emborráchate Colombiano, por eso es que Águila es Colombia.

Ni qué decir tiene que así se termina mi saga. Eso sí, espero que no sea una saga de ridículos de aquí pa'lante, que Pinto aprenda a hacerse mandar sobre sus jugadores, que no nos vaya a caer la roya otra vez... mejor dicho... como diría el filósofo Andrés López, "búrlese que yo mmm mmm..."