Se abre la Corrajeja Independencia, Encierro 1: Chicó - Grêmio (?)

Coñazo en la jeta a los millardos (?) de seguidores del Chicó, que esperaban ver a su equipo ganar en Tunja.

N. de la P. Tanta espera para nada? Acá se los deja con el resumen del bodrio Chicó - Gremio, de parte del otro miembro de la Sala de Juntas (?), Link. Tan bodrio fue, que yo me dormí durante el partido... el caso es que esta vez, Boyacá no fue una bendición. Bah, el resumen está abajo, no sea perezoso! (?)

Ya despues de una demasiado larga espera, por fín se hizo un poquito de historia en Tunja, con el partido de Copa Libertadores entre Boyacá Chicó y Gremio.

El Estadio Metaldeck Arena at La Indepedencia (?), bastante a medias en materia de la ampliación que iba a estar proyectada para esta época, fue testigo de probablemente uno de los pocos golazos que por estos lados se le han marcado a la CONMEBOL, permitiendo adecuar buena parte del estadio con tribunas metálicas "como las del Carnaval de Barranquilla". Eduardo Pimentel (Presidente en la sombra del equipo), a pesar de ser uno de los directivos más mañosos, impertinentes, marulleros, boquiflojos y malhablados del FPC (Pensándolo bien, así son casi todos), supo vender la confianza que una empresa como esa implicaba, convenciendo de esto a propios y extraños de que el partido debía jugarse en Tunja, y se le abona ese tesón en beneficio de su propio equipo.

El Estadio prácticamente que se duplicó en capacidad, gracias en gran medida a que lograron agilizar algo la culminación de unas tribunas de concreto en Oriental y a la joya de la corona: Dos tribunas metálicas algo atravesadas en el propio gramado del Estadio, obligando a correr la cerca hacia adentro, cambiando radicalmente su estilo a algo más parecido a un estadio argentino.

Otro aspecto muy curioso fue el de la logística, ya que, imitando parcialmente aspectos positivos en materia de seguridad, se implementaron policías al interior de la tribuna (que para algunos delincientes disfrazados de barristas les parece un sacrilegio) para evitar brotes de indisciplina, que nunca llegaron.

La afición (a la que el Gobernador de Boyacá suele llamar "la más culta del país") estuvo muy calmada, aunque no faltaron los improperios de rigor a la hinchada visitante; eso sí, estos insultos eran hasta menos brutos, en la medida que, por primera vez en mucho tiempo, se renunció al inalienable derecho barrista (?) de gritarle "amargo" o "puto" al jugador rival, y optaron por "burro" palabra común en el argot brasileño para referirse a jugadores o técnicos de pésimo nivel.

Entre las cosas bizarras que encontré en el estadio (además del simple hecho de ver vallas de Libertadores en un estadio que hace 10 años se estaba cayendo, y hace 5 sólo veia jugar al gran Oyé Flavié en un Patriotas que tenía menos de un año de creado) se destaca una carranga alusiva al equipo (que entra a competir con el sintetizado himno de su enconado rival Patriotas), ovaciones hasta al General Palomino cuando pasó por Sur (lo juro, allá estaba yo), mucha parafernalia y demás.

El partido en líneas generales fue una muestra de tacañería y miedo extraña en un debutante en Ronda de Grupos de Libertadores como local (exceptuando tal vez al Tuluá de 2002 y al Pasto de 2006, equipetes mal armados y peor en el juego); Chicó le jugó con mucho respeto al rival, alejándose del equipo que ha sabido jugarle de tu a tu a los grandes y tradicionales de Colombia; Gremio le apostó a mostrar todo el juego físico que tuvieran a la mano, sin ningun reparo a fatigas o similares; el resultado fue producto de haber dejado demasiados espacios a la mano para el visitante.

Igual, el juego aún es largo: Chicó tiene el material y las ganas para sacar los 6 puntos de local que le quedan, e incluso para hacerle frente al partido más importante: Contra la UdeChile en el Nacional de Santiago... igual, iré al Independencia a ver fútbol contra la U y Aurora (que es algo que un hincha del fútbol ante todo puede y debería hacer, ¿no?)