Lo reconozco. Yo, Juan Manuel Reyes, soy un clasiquero y además abandoné al equipo durante 3 años. Es más, el último partido al que fui por Liga Postobón fue Millonarios - Nacional por Copa Mustang 2007-1. Que perdió Millonarios 2-1. Ese día, estuve en la esquina norte de Oriental General, viendo el partido en medio de una quemada ridícula, un domingo de marzo, con un Nacional que pintaba bien (de hecho siguió derecho y ganó el bicampeonato, impulsado por los árbitros pero eso es otra historia) y un Millonarios que venía de un buen 2006, pero se desinfló y luego llegó lo del conocido Desastre. Desde entonces me dije que no iba a volver a un partido de Millonarios hasta que la situación administrativa y mi situación económica lo ameritaran, y lo ameritaron hoy.
Escribo desde mi apartamento. Acabo de llegar de un Millonarios 1 - 2 Atlético Nacional que fue parecido en parte al del 2007. Pero, al contrario de esa vez, soy optimista con el equipo, que no por nada salió aplaudido de la cancha del Estadio Nemesio Camacho, luego de un partido muy luchado que fue para el que mejor aprovechó las opciones, así sea atropelladas como el gol de Arrechea.
12:30 pm, hice mi llegada a la calle 57 para entrar. La cantidad de gente a esa hora era impresionante: las filas para acceder a la tribuna Oriental eran larguísimas. Adentro ya habían, por lo menos, 10 mil personas de las 26000 que finalmente verían este partido. Boletería totalmente vendida. Allá en sur los de verde, y por toda Oriental, Norte y una muela de Occidental, los de azul.
Esta foto, tomada por mí desde el celular de @panchuela, mi compañera en Deporcoscorria, muestra las filas para acceder a Oriental por la Calle 57. Punto grave para la logísitica del Estadio el Campín: poner tan lejos los accesos a la tribuna resultó con un cuello de botella para la gente que venía del norte.
Ya adentro, antes de la 1 PM, la fiesta se vivía. Empezaba a prepararse la lluvia de papeles, la gente se acomodaba, y de vez en cuando empezaban los gritos contra unos 3000 hinchas de Nacional que estaban en sur, un pedacito de Oriental General sur, y la muela de Occidental Sur habilitadas para ellos. Todos de Bogotá, pues por seguridad, se impidió que las barras de Medellín vinieran.
El caso es que, para las 2, más o menos, el estadio estaba a reventar. Y a las 2:30, la gente comenzaba a hacerse en las escaleras porque ya no había asientos disponibles. Los gritos tradicionales de Millonarios, el "porque rolo soy yo" y el "sureño, sureño, sureño" se mezclaron con los gritos y cánticos de las barras verdolagas. Eso, por supuesto, sin contar con los otros gritos de los Comandos y la Blue Rain, que, debido a mis audífonos con RCN Radio activados, no pude distinguir.
A las 15:00 en punto empezó el partido, por la fecha 13 de la Liga Postobón 2011-1, entre el Millonarios Fútbol Club (su nuevo nombre oficial, luego de la asamblea de socios de Azul y Blanco S.A. el miércoles pasado) y el Atlético Nacional. Un partido muy complicado, donde hubo serias fallas arbitrales de parte de Oscar Julián Ruiz y, sobre todo, con los laterales: pitaron fueras de lugar que no ocurrieron, los penales fueron dudosos, hubo amarillas que faltaron (como en el caso de Pezutti) y me queda la duda sobre la mano al final.
Pero lo cierto es que el fútbol primó. El fútbol enredado y atropellado, como todo el segundo tiempo para Millonarios, y el gol de Arrechea. El fútbol vistoso, como las jugadas de parte y parte y las atajadas de ambos porteros. El fútbol ofensivo, incluso, como creyó Pezutti que había sido el cobro de Candelo para el empate parcial, y que ocasionó el conato de pelea en el medio tiempo. Pero sí, el fútbol primó.
Y el que más y mejor fútbol tuvo fue Nacional. Un equipo que, cuando tuvo la pelota, fue incisivo y aprovechó la velocidad de Pabón y Arrechea, impulsado por la precisión de Macnelly. Millos contrarrestó durante el primer tiempo esta velocidad detrás de Mayer Candelo, pero la mala entrega (cuyo mayor exponente se llama Omar Andrés Rodríguez) fue lo que le cedió la pelota a los verdolagas. Y el equipo azul estuvo perdido gran parte del primer tiempo, con un Candelo perdido, un Preciado desaparecido, un Rodríguez incapaz de reemplazar a Robayo, y una línea defensiva complicada por la falta de marca. Después del penal de Mera sobre Dorlan y el cobro exitoso del mismo, la pelota volvió a jugarse en la cancha norte, y Pezutti tuvo para salir figura. Y el segundo penal, el cobro "calidoso" de Candelo, sirvió para poner justicia en un partidazo, buenísimo para la hinchada.
Mera se lesionó y entró Carlos Saa, lateral, a entrar como parte de la defensa suplente: al lado, Henríquez reemplazando a Cichero y Leonard Vásquez por el Carachito Domínguez. Y Saa fue importante para contrarrestar la velocidad de Arrechea y Pabón. Al sacar a Candelo por Angulo, Millonarios se dedicó al choque, al fútbol atropellado, y el equipo con mejor juego fue Nacional; y así, el segundo gol era cuestión de cuándo. El cuándo fue a los 83 minutos, pero de la forma más atravesada posible: el tiro de Arrechea, aparentemente, se desvió en Saa, y Ramos, que se había botado ya a su izquierda, quedó acostado y vio entrar el balón muy lentamente. Ni siquiera los jugadores verdolagas se lo creyeron, y demoraron unos segundos en empezar a gritar y saltar.
Al final, Millonarios jugó bien, y la gente lo reconoció: los aplaudió al salir. Este Millos está cuarto, y yo creo que va a llegar a semifinales en este torneo (recordando que clasifican 8, pero a cuartos de final). Decepcionante para uno que esperaba salir ganando y llegar mañana a joder a los de Nacional con el resultado, pero no se pudo esta vez, y hay que pensar en Envigado, cuando vuelven Cichero y Domínguez. Como nota curiosa, Alejandro Cichero salió de tribunero, con bombo en mano, a hacer barra en Oriental Numerada. Interesante forma de ganarse a los hinchas.
Nota aparte para la logística. No entiendo por qué tocó esperar más de una hora para salir: si el partido terminó a las 4:50, por qué tocó esperar a prácticamente las 6 para que le abrieran las puertas a Oriental? La lógica indica que todos los de Millonarios deberían poder salir al tiempo a tomar Transmilenio, y es comprensible que haya un tiempo prudencial entre la salida de los visitantes y los locales para evitar la violencia, pero tampoco para tener a la gente encerrada una hora. Por ejemplo, podría forzarse a los hinchas visitantes a salir apenas termina el partido. Al fin y al cabo, en Medellín la gente visitante es sacada en el minuto 75, si no antes...
Este fue el reporte hoy, sobre la visita al Nemesio Camacho. Espero volver pronto, cuando la condición económica lo amerite.
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