El sábado 9 de abril, se selló otro de los vergonzosos episodios de la historia del fútbol profesional colombiano. El Deportes Quindío, equipo propiedad de Hernando Ángel, le debe tres meses de salario a sus jugadores. Estos entraron a huelga y decidieron no viajar al Campín para enfrentarse a Millonarios. Como resultado final, los jugadores del Quindío se quedaron en Armenia, y a Bogotá llegaron con el uniforme del equipo cuyabro 17 pelaos del Boca Juniors de Cali, que también es propiedad de Hernando Ángel. Y Millonarios hizo lo que la lógica indica: le metió 5 a este equipo juvenil, que hubieran sido más de no ser por el papel de un muchacho de 16 años llamado Jeisson Lizalda, a quien le dieron el buzo de arquero, y su papel hizo que Nelson Ramos se acercara a consolarlo y le diera su propio buzo, hecho una sopa por el durísimo aguacero que cayó sobre Teusaquillo (por cierto, mal el drenaje del Campín. Así va a ser para el Mundial?)
Pero de quién es la culpa de este resultado? Los hinchas de otros equipos y algunos periodistas dicen que Millonarios "abusó" del Quindío. Todos son benévolos con los muchachos que el viernes estaban en Cali, entrenando en las canchas de la escuela Boca Juniors, y los treparon a la carrera en un avión (o peor, bus) para que jugaran el sábado a las 3:30 ante un Millonarios que por fin se ve bien, no por nada estaba de cuarto antes de ese encuentro. Lo cierto es: ese Millonarios de ayer pudo hacer más. Lizalda y el aguacero contribuyeron a que no fueran 8 los goles de Millos, y no por nada lo dan como figura.
Evidentemente, la culpa del Quindiíto, como lo bautizó Chalo González en RCN Radio, es de Hernando Ángel. Me queda difícil pensar que Ángel, cuyo principal objetivo con el Quindío es mostrar jugadores para la venta, no tenga para haber pagado salarios por tres meses, o para darle dos de esos tres meses de sueldos cuando sus jugadores lo pidieron. Además, como Ángel es propietario del Boca Juniors, pudo apelar a una leguleyada de esas características del FPC: como se pueden inscribir libremente jugadores aficionados al torneo, y los de Boca no son profesionales, pudieron entrar libremente 15 jugadores, menores de 18 años, a la nómina del Quindío, y para colmo, de los 11 titulares sólo dos tenían experiencia de, al menos, un partido en el FPC.
Nada raro que Ángel ya tenga listo a Lizalda, por lo menos, para un Fortaleza o un Pereira. Esta es una situación escandalosa para el fútbol colombiano, y en la ley del fútbol que se aprobó recientemente en el Congreso, debería haber una provisión para evitar esto. Las sanciones al Deportes Quindío deben ser ejemplares, para evitar que los equipos se hagan los pendejos con los pagos a sus empleados. Y ya otros equipos amenazan con huelgas, como el Once Caldas, a quien también deben varios meses de salario y dijo que, si el 14 no les pagan, no viajan a Perú a su partido final de Copa Libertadores.
Mientras tanto, ojalá a los pelados del Quindiíto les reconozcan algo extra. Sería el colmo que, como se mencionó ayer en Twitter, los pobres pelaos quedaron con la goleada, con una gripa horrenda y sin EPS...
(Adenda y N. del C. de R.: Qué pena por la perdida. Volvimos, volviste? -?- Falta contra el Balón ahora está al aire como DeporCoscorria, en www.radiocoscorria.com los miércoles a las 8:30.)
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