El síndrome Juan Pablo Ángel

Aquel que bautizó este síndrome.

Juan Pablo Ángel, deantero que a sus 34 años sigue siendo figura de los Red Bulls de Nueva York. Es adorado por los hinchas de River, equipo en el cual tuvo su momento de gloria por allá a finales del siglo pasado, cuando ganó dos campeonatos argentinos con la bandaaaaa y fue considerado el reemplazo del enorme Enzo Francescoli. Su habilidad anotadora en River, Aston Villa, Nacional y los Red Bulls fue importante, y la camiseta 9 de la Selección, con la que se lo ve en el retrato, era casi que requerida por él.

Pero nunca rindió lo que se esperaba con esa camiseta 9.

Para un delantero que metía un gol cada 2 partidos en River, que luego fue un delantero relativamente destacado en la Premier League, y que en Nueva York todavía da buen nivel, su cosecha tan magra, de 9 goles en 33 partidos, es decepcionante. E incluso, en un momento, todo el mundo puteó y puteó y puteó a los técnicos respectivos para que no volvieran a llamar a ese tronco de Ángel. Primero, fue preocupante la falta de gol. Luego, emputante. Ahora, simplemente es costumbre.


Hoy, 12 de junio de 2010, uno de los más grandes jugadores de la actualidad, y al decir de algunos, de todos los tiempos, Lionel Messi, se cansó de comerse goles en el partido que Argentina ganó 1 - 0 (con gol de Heinze, un defensor, de cabeza en un tiro de esquina, al minuto 8) a Nigeria. Lo mismo sucedió con otro jugador mucho más polémico, pero indudablemente exitoso: el jugador del Real Madrid Gonzalo Higuaín, que incluso fue cambiado por el delantero que metió los dos goles que le dieron al Inter de Milán la Champions League (y a Mourinho un contrato con el Madrid), Gabriel Milito. Ninguno de los tres pudo hacer mayor cosas para vencer al arquero nigeriano, Enyeama, ampliar el marcador y trepar a la punta de su grupo, que en este momento ocupa Corea del Sur luego de vencer, en partido que supongo fue paupérrimo, a Grecia por 2 - 0.

 Entre Enyeama y un defensor nigeriano, atajando a Messi. Imagen tomada del diario Sport.

Cuál es la relación entre Messi e Higuaín, con Juan Pablo Ángel? Ambos adolecen de un problema que también está metido casi en la genética de los jugadores colombianos, en especial los delanteros (Falcao y Rodallega son dos buenos ejemplos): juegan muy bien con sus clubes, pero en la selección no tienen el resultado esperado. Decepcionante, si se quiere, es el término. Estoy seguro que muchísimos de los que vimos el partido lo hicimos para ver cómo la Pulga se empezaba a consolidar, con ese estilo de juego que demuestra en el Barcelona, como uno de los jugadores más importantes de la historia: Enyeama fue un karma imposible de superar para ambos.

Por qué? Bueno, la respuesta más sencilla es la más lógica. Una cosa es trabajar con un club, con partidos cada semana, con entrenamientos casi todos los días, y otra es intentar armar a la carrera un trabajo táctico comprensivo, y adaptarse a los estilos de juego de varios delanteros y mediocampistas más, todo ello con la presión que da el Mundial sobre las mayores y más destacadas figuras. A pesar de que los jugadores como Messi o Rooney pueden tener un bagaje técnico notable, y saber lidiar la presión, muchas veces la mano del técnico y todos los compañeros influyen también.

Por ejemplo, un Messi tiene detrás suyo, en el Barça, a Xavi e Iniesta, que le ayudan a armar y le permiten estar en la media punta. En Argentina, es casi un 10 neto: la línea de volantes de Mascherano, Verón y Di María, a pesar de un desdoble importante del medio del Liverpool, es una línea mucho más defensiva que la que arman Xavi, Iniesta y Busquets a las órdenes de Guardiola. Así mismo, la mano de Guardiola es mucho más notable que la de Maradona. Y eso se nota al ver que a Messi, Guardiola lo pone con un trabajo de mediapunta tirado a un costado, así puede cerrar con mayor facilidad las jugadas. El Dié, por su parte... bueno, de técnico no tiene un carajo, y eso lo demostró eficientemente durante toda la eliminatoria.

Así pues, el Síndrome Juan Pablo Ángel, más que culpa de los jugadores (pechofríos, petardos, escurren el bulto) es más un síndrome de técnicos que de delanteros. No podemos pedirle a un Capello, por muy Capello que sea, que sea capaz de armar un orden táctico completo en 15 días. Este mundial no va a destacar por los goles, aparentemente. Espero que al menos las estrellas demuestren algo de su capacidad, y que a Messi no se lo recuerde como un jugador estelar en sus clubes, e intrascendente en su selección. Como Juan Pablo Ángel.