Miércoles, 23 horas en Córdoba. Terminaba el partido en Barrio Alberdi, en el que Belgrano de Córdoba, de buena campaña y tercero en el Torneo Nacional B del fútbol argentino, derrotó 2 a 0 a River Plate, que tuvo una temporada aceptable (en la puntuación anual quedó quinto, lo que lo enviaba a Copa Suramericana) pero que, debido a los promedios, a la excelente labor de los equipos ascendidos, y a un pésimo cierre de temporada (no ganó ninguno de los últimos 9 partidos), llegaba a un punto en el cual ni siquiera los hinchas de Boca, el rival acérrimo, los esperaban ver: muy cerca del descenso a segunda división que River ha evadido durante sus 110 años de historia.
El mazazo es claro. Argentina sólo ha tenido tres equipos (cuatro si se cuenta a Arsenal, que hizo todo el camino desde la D a la A sin descender) que nunca han descendido a segunda división: esto, hasta ayer. Hoy Buenos Aires despierta después de las batallas campales producidas por los Borrachos del Tablón, luego de que, a las 16:50 en Núñez, la gente que se metió a la cancha y la práctica del lanzamiento de botella y piedra hiciera que el árbitro Pezzota, de mal arbitraje (le robó a River un penal), diera por terminado el partido y sentenciara. River Plate, 33 títulos de la AFA, dos Libertadores y ahora, un descenso.
Lo cierto es que River empieza muy complicado, en agosto, su trasegar por la segunda división argentina. Por un lado, las finanzas del club están muy mal, con deudas que alcanzan los US$19 millones. Súmese a esto que el dinero que recibirá por televisión es mucho menor que lo que recibiría en caso de haberse mantenido, y que para colmo, el haber jugado promoción le quitó la opción de entrar a la Copa Suramericana, con lo que esto implicaba para taquillas, derechos de transmisión, premios y la chance de vender cualquier Funes Mori al fútbol europeo. Esa debe ser una gravísima situación en la cabeza para Passarella, que llegó en 2009 con la promesa de limpiar la situación de la banda y terminó, bueh, en desbandada.
(N. de la P: el anterior intento de chiste es tan malo que ni siquiera merece un interrogante entre paréntesis)
Así pues, River está quebrado. Tendrá que ver cómo supera una situación que sólo se encontró, y tal vez de rebote, en los torneos Nacionales de los 70 y 80: jugar en canchas en muy mal estado, con equipos que en un primer momento suenan a chiste (como el Deportivo Desamparados de San Juan), y seguramente, dando vueltas por medio país para visitar idílicos lugares como Madryn, Corrientes o Formosa. Y sin público visitante (y posiblemente tampoco sin público local en los primeros partidos, después de lo sucedido ayer en el Monumental), el trasegar de River por la B Nacional va a ser una cosa digna de ver, si Telefónica pone TyC Sports.
Así mismo, tampoco podrá River dedicarse a ganar de camiseta. Justamente eso fue lo que intentó JJ López, el técnico millonario, contra Belgrano, y fracasó rotundamente. Muchos de esos equipos como Boca Unidos, Patronato o Defensa y Justicia irán a matarse contra la bandaaaaaa, porque una victoria contra uno de los dos realmente grandes de Argentina, en partido oficial, es algo digno para los hinchas, así sean sólo 5 mil en un municipio perdido en la pampa. Y como tal, River tendrá que ver la forma de conseguir superar todos esos escollos para volver, y seguramente, con todos los ojos de Argentina y el mundo futbolero encima, a menos que Boca e Independiente, los otros dos equipos sin descensos del fútbol argentino, también entren a complicarse con el descenso. Porque por promedios, ahí están también complicados.
Y esa es, tal vez, la principal lección que deja el descenso de RiBer al Torneo Nacional. Los equipos tienen que revalidar su historia cada semana, lo decía ayer Chalo González, comentando sobre el pegote descarado de la señal de audio de TyC Sports para ponerla en RCN. De nada sirve que los de Boca comiencen, a partir de ayer (?), a cantarle a los de River "vooooooooo soooooo de la beeeeee" si para estas alturas, se podría jugar por promoción, sin mayor dificultad, un River - Boca (!). Acá en Colombia se vio el caso de cómo los del América se burlaron del Millonarios comprometido en el descenso, y ahora ni siquiera se sabe si la Mecha va a salir en la Liga Postobón 2, por el mierdero entre la administración vieja y la nueva. Y Pereira, Pereira, tan bonito que quedó el Hernán Ramírez Villegas, y tan mala situación la del cuadro matecaña.
Tal vez esto sea lo que se necesita para que los equipos grandes se despabilen. Boca, Independiente y Racing en Argentina. Millonarios, América, Cali y Medellín en Colombia. Y muchos equipos en el continente, que vieron lo que pasó en Buenos Aires, un domingo de invierno, cerrado con la tanqueta lanzándole agua a los hinchas en las tribunas de un Monumental que, por un año, sólo verá fútbol de primera si allá se queda a jugar la Selección Argentina las eliminatorias.
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