Una breve reflexión sobre Millonarios en la Libertadores

Cuando uno lee los comentarios en Twitter del partido que acaba de concluir, en el que San José ganó 2 - 0 a Millonarios en Oruro, parece que hiciera falta todo.Para unos el problema es de defensa. Para otros, de línea de marca. Algunos más se quejan de los volantes de armado. Y casi todos, de la ofensiva. Pero para todos es claro que este equipo de Millonarios está mal. No parece el mismo que ganó la 14 hace tres meses, ni que llegó a semifinal de Suramericana. Y no lo es.

A este Millonarios que arrastró su paso con más pena que gloria por la Libertadores le faltó alma. Garra. Esa garra fue la que mostró cómo pudo voltearle el partido a Gremio en Bogotá. La que llevó a los suplentes a ganarle un partido complicado al Tolima, mientras los titulares sufrían con Tigre. Y esa garra quedó ausente desde el primer momento, cuando se perdió en un mal partido con Xolos.

Que no hubo los refuerzos esperados, es cierto. Debía haber un reemplazo para Máyer Candelo, y un lateral que hiciera más que Luis Mosquera o Martínez. Pero no se puede decir que Freddy Montero, Dawling Leudo o Rufay Zapata sean pintados en la pared. Y aun así, de nada sirve esto si Montero se queda parado, si Hernán Torres se casa con Wason Rentería y Robayo, si no se sabe la posición de Leudo. Ahí también está Ánderson Zapata, que ni lo han puesto. Y la base de la 14 se mantiene, más allá de la salida de Cosme y Omar Vásquez.

E igual, este equipo que perdió sin ganas, sin orden, sin vergüenza, es el mismo que en estos momentos va de sexto en la liga, con el mismo puntaje del cuarto y un partido menos. Eso no es un atenuante. Un equipo como este, que se dice grande, debe revalidarlo, y sinceramente hoy jugó muy mal. Eso se aceptaría de un Pasto cuando en el 2007 llegó a la Libertadores y se fue sin sacar un punto, pero de Millonarios no. Por eso tanta gente se burla hoy. Porque se espera de este equipo que tenga, si no nivel, al menos garra. Que se pierda, pero no porque no se hizo nada. Millos perdió porque no hizo nada.

Queda la Liga Postobón, y la Copa. Queda la oportunidad de ir por la 15, y volver el próximo año a la Libertadores. Pero también debe quedar la experiencia que un equipo debe validar su grandeza continuamente, y no es más grande porque tenga un grupo de gente gritando que son lo mejor cuando acaban de ser bailados por un equipo de la peor liga de América del Sur. Y si Millonarios vuelve, que no llegue a asustarse ante las cámaras de Fox Sports. De eso fue capaz en la Suramericana 2007. Y en la 2012. Si se da una Libertadores 2014, lo mínimo que uno espera es que no se los trague el miedo escénico. Y que hagan lo posible para mostrar una grandeza. Para hacer crecer esos laureles reverdecidos en los últimos dos años. En fin, para que se vuelva a hablar del Ballet Azul como un gran equipo y no como un chiste de páginas de memes.